La organización de nuestro tiempo es vital. Al fin y al cabo, todos contamos con la misma cantidad de horas. Podemos tomar al azar, dos personas con la misma cantidad de actividades y responsabilidades en su día, y sin embargo, a una le alcanza más el tiempo que a la otra, o siente que le falta un poco, porque simplemente su día es productivo, y tiene ganas de hacer más, mientras que la otra no distribuyó bien su tiempo y apenas si culminó algunas tareas.
Si no hay un problema de salud, un problema con la reserva de energía, y estamos haciendo actividad física, para que ella se recicle, estamos ante un problema con la organización del tiempo. Probablemente hacemos las tareas que preferimos antes que las otras, y el problema es que “después” para las tareas menos agradables, se convierte en “nunca”, y eso queda para mañana, y mañana queda algo para el día siguiente...
Algunas personas tienen inconvenientes para hacer rendir su tiempo y no suelen aplazar, pero sacrifican horas de sueño, descanso y recreación, también necesarios, para estar al día con todo.
Son dos extremos del mismo problema.
Tenemos que organizarnos, para poder disfrutar de los momentos de descanso sin ninguna culpa.
Desalienta también esas reacciones iracundas, en las que le dices a alguien: "Dale, pues, no tengo todo el día!". Si eres de las personas que suelen tener ese latiguillo o todo el tiempo están comentando lo poco que les rinde el tiempo, si me permites, te recomendaría que evites esas "sentencias", para que todo lo que hagas de ahora en adelante para revertir la situación del poco rendimiento de tu tiempo, tenga sentido.
Afirmación:
"De ahora en más, el tiempo es un aliado en mi vida, y optimizo su rendimiento, para mi bienestar físico, mental y espiritual".
